Miércoles 25 - Resumen de Actividad

 


CERTEZA RACIONAL Y AFECTIVA DE LA PRUDENCIA

Es la Prudencia la virtud que versa sobre los agibles humanos en particular, (I-II 57,4), indica, en cada caso concreto, los medios adecuados para lograr el fin de cada una de las virtudes que queremos alcanzar y, así, vivir bien. "El término valor, ... , tiene el mismo sentido que la expresión escolástica ratio boni : designa aquello por lo cual una cosa es buena"(Raeymaeker) y la virtud es el hábito operativo bueno que dispone al individuo a realizar un acto conveniente a su naturaleza racional (I-II 54,3). Así Prudencia y valores se relacionan permanentemente en cada uno de los actos humanos, tanto en la intención del fin como en la elección de los medios. El problema es la certeza acerca de lo operable. El término "certeza" (certitudo) (firmeza de adhesión a un juicio por estar éste fundado en la verdad) es análogo. "Su primer analogante es la certeza formal del juicio"(Ramírez)."Sus analogados secundarios son la certeza objetiva de las leyes de la naturaleza y la psicología de los hábitos intelectuales y morales, que son como una segunda naturaleza." (Ramírez).La Prudencia es virtud moral e intelectual (II-II 47,2 y 3). "Por ser virtud intelectual su bien es la verdad...(II-II 47,5)".Más, la verdad es especulativa y práctica, y a la Prudencia le corresponde la búsqueda de la verdad práctica pues reside en el entendimiento práctico(II-II 47,2).La verdad del entendimiento práctico es la conformidad con lo recto o debido u ordenado al fin, establecido éste con fundamento inmediato en la verdad del entendimiento especulativo, debiendo existir conformidad con el apetito recto.(I-II 57,4).Como virtud moral la prudencia impone la rectitud del apetito, es decir, impone la ordenación de éste al fin, y, a su vez, constituye la regla próxima de éste (I-II 57,4). Así la verdad propia de la prudencia es que los medios empleados en la etapa de ejecución del acto voluntario se alineen rectamente con la intención del fin perseguido con tal acto, debiendo existir rectitud en el fin (medio bueno y fin bueno). La certeza prudencial ,como la propia virtud, es "afectiva o de inclinación a su propio acto y objeto o fin; "(Ramírez); y es práctica , (su objeto propio es lo contingente y particular) de conocimiento directivo y regulativo del apetito, es la certeza o firmeza de adhesión fundada en la verdad práctica (II-II 47,9 obj 2 ).

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Sandra T. BRANDI de PORTORRICO

Abogada egresada de la Universidad Católica Argentina, con el plan de tesis doctoral aprobado en marzo de 2001 para Doctorado en Ciencias Jurídicas. Referencias de trabajos monográficos :"Responsabilidad Civil por Productos Elaborados" (Revista CEDUCA), "El Fenómeno de la Absorción de Empresas: Causas y Consecuencias".Doctorado en Ciencias Jurídicas (UCA) Cátedra de Derecho Comercial, dr. Etcheverry. (Calificaciòn: 10 puntos), "El Derecho a la Información del Consumidor y el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna". Doctorado en Ciencias Jurídicas (UCA).Cátedra de Derecho Civil, dr. Di Pietro. (Calificación 10 puntos), "Aporías empíricas del Derecho: Generalidad y Singularidad". Doctorado en Ciencias Jurídicas (UCA), Seminario Filosófico-Teológico, dr. Lamas. (Calificación 10 puntos), "Encrucijadas Éticas y Jurídicas en el Ejercicio de la Oncología:El caso de los deshauciados doloridos" acreedor al Premio Mención de Honor Prof. Dr. Abel Canónico, por el VI Congreso Latinoamericano de Cancerología, organizado por la GETLAC.


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SANTO TOMAS Y LOS VALORES

En el presente estudio se analizan los valores desde una doble perspectiva: fenomenológica y metafísica. El valor en tanto que es un bien encuentra un lugar dentro de la filosofía de Santo Tomás plenamente justificado. El valor es un bien perfectivo del hombre y como tal se convierte con el ente, por eso se despliega a lo largo de todas las categorías. Es un bien por participación, intermedio entre la persona humana como es y el Bien por Esencia en cuya posesión se encuentra su última felicidad. Fundada en la noción de participación se establece una jerarquía entre los valores que se puede verificar en el ámbito de la persona humana y en el ámbito de las culturas. Esto nos permite volver a unir al valor con el bien y por lo mismo con el ente, de ese modo le damos un firme anclaje objetivo y lo libramos de todo relativismo.

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Guillermo ROMERO

Médico (UBA), especialista en Medicina Interna, Cardiología, Medicina Legal y Medicina Laboral. Actualmente se desempeña como cardiólogo de planta y Coordinador del Comité de Bioética del Hospital Gral. Agudos E. Tornú, donde cumple tareas de docencia en la Unidad Hospitalaria de la UBA. Es miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Tomista Argentina y ha dictado cursos de Bioética y participado como conferencista en diversos eventos ligados a la filosofía y a la ética biomédica (Cursos de Cultura Católica del CIES y de Cultura Católica de los Legionarios de Cristo Rey) , y como expositor en el Jubileo para Profesores Católicos Universitarios en el 2000 y las Semanas Tomistas Argentinas desde 1996 hasta la fecha. Ha publicado artículos en las revistas Diálogo y Gladius y es coautor del libro del Cincuentenario de la S. Tomista Argentina
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EL BIEN Y LOS VALORES. DE TOMáS A SCHELER.

En tren de indagar la índole propia del valor, nos dice Max Scheler, que los valores propiamente no son o que no son reductibles a ninguna forma de ser. Intentaría uno al menos aproximarse a una definición de esos objetos, pero, nuevamente, advertiría el A. que los valores no son conceptualmente definibles. Ante estas negativas u otras que podríamos acercar, se descubre que el interés pasa por evidenciar la autonomía de la esfera axiótica, poniendo especial énfasis en determinar el valor como objeto peculiar, auténtico y verdadero, frente a varias posibles reducciones. Por otra parte, si bien la noción scheleriana de "valor" no se encuentra explícitamente en la obra de Santo Tomás, no obstante ello, trataré de bosquejar una serie de relaciones con el tema del "bien", en punto a convergencias, divergencias y reductibilidades.

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María Celestina DONADIO MAGGI DE GANDOLFI

Es Doctora en Filosofía, profesora titular ordinaria de filosofía en la UCA (Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Bioética) e In-vestigadora Independiente del CONICET. Se ha dedicado a la filosofía práctica, particularmente a la ética y a la filosofía socio-política. Ha desa-rrollado una extensa carrera docente desde 1968 hasta la actualidad. Es au-tora de Amor y bien. Los problemas del amor. En Santo Tomás de Aquino, fruto de su tesis doctoral y de la traducción del Comentario al 'Libro del Alma' de Aristóteles de S. Tomás. Ha colaborado en varios volúmenes co-lectivos y ha escrito más de cincuenta artículos en revistas especializadas argentinas y extranjeras.. Es miembro de varias sociedades científicas. Des-de 1984 es la Secretaria de la Sociedad Tomista Argentina y en 1995 fue designada Miembro Ordinario de número de la Accademia Pontificia Romana di San Tommaso d'Aquino.


Dirección postal: Hipólito Yrigoyen 1018, Vicente López.
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VALOR, RAZON Y SUBJETIVIDAD EN JOSEPH DE FINANCE

Se desarrolla la concepción de Joseph de Finance sobre la apropiación o reconocimiento del valor por parte del sujeto, que constituye una verdadera vía media, razonable y fundada, entre los extremos que al respecto se han planteado. Este reconocimiento implica una necesaria relación al hombre. Pero para el autor los valores no se reducen a una proyección de nuestros estados afectivos sino que se enraízan en el ser, sin poseer este ser en ellos, sin constituir un mundo superpuesto al mundo real.
El reconocimiento del valor supone en el sujeto una inclinación, una tendencia. A medida que se precisa el reconocimiento del valor, este reconocimiento progresivamente gana en racionalidad, pero esto no conduce a una percepción fríamente intelectual del valor, pues a su conocimiento intelectual lo acompaña una penetración espiritual hecha por una afectividad iluminada de inteligencia, "por una inteligencia atenta al mensaje del corazón".
Frente a los valores, entendidos en su uso contemporáneo, el sujeto compromete todo su ser frente al Ser, que cuando es amado se transforma en nuestro Valor absoluto

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Juan C. P. BALLESTEROS

Profesor en Ciencias de la Educación (Universidad Nacional del Litoral), Doctor en Filosofía (Universidad Católica de Santa Fe). Autor de cinco libros y más de cincuenta artículos en revistas con y sin refereto. Ejerce la docencia universitaria de grado (treinta años) y de posgrado (cuatro años). Es Director del Departamento de Posgrado de la Universidad Católica de Santa Fe. Es miembro de la Sociedad Tomista Argentina y Socio correspondiente de la Pontificia Academia Romana Santo Tomás de Aquino.

Semanas Anteriores

(No digitalizadas)

  • XXV : Santo Tomás y la Educación frente al Tercer Milenio. (2000)
  • XXIV : Verdad y Libertad. (1999)
  • XXIII : Santo Tomás: Humanista cristiano (actas del jubileo). (1998)
  • XXII : Recepción y Crítica del tomismo. (1997)
  • XXI : La Creación. (1996)
  • XX : Cultura y vida. (1995)
  • XIX : Naturaleza. (1994)
  • XVIII : El tomismo frente a los problemas doctrinales actuales. (1993)
  • XVII : Razón y Fe. (1992)
  • XVI : Hombre y Sociedad. (1991)
  • XV : Los saberes según Santo Tomás. (1990)
  • XIV : El tema de Dios en Santo Tomás. (1989)
  • XIII : Tomás de Aquino y la metafísica. (1988)
  • XII : El hombre y la doctrina moral tomista. (1987)
  • XI : Pensamiento y Lenguaje. (1986)
  • X : Teoría y Praxis. (1985)